14 dic 2007
Otro peine del viento
Pies peinavientos.
Llegué al Peine del Viento y cerré los ojos, sintiendo la inmensidad del mar.
Di un paso hacia atrás y oí : chof.
Tenía las botas mojadas y una empezó a sonar. Un “chofchuic” a cada paso.
Intenté descubrir allí mismo el origen del problema y me quité la bota. El calcetín se había convertido en un mojado acordeón y se escondía asustado al fondo. Entonces extendí el pie para airearlo un poco...
Huele fatal fatal (mierda!)
El Olor se va con el aire. (Bien!)
El viento lo dispersa y distribuye a las 20 personas que se han reunido para sentir la inmensidad del mar (Mierda!).
A esas personas les llegó el aire filtrado por mis dedos del pie y los vieron peinando el viento. Me miraron con furia y gritaron algo como :¡Cómpralas marrones!
El viento gritaba muy fuerte, y apenas era capaz de oirles, pero así sonó.
Impactado e impresionado, corrí a un bar, a tomar café y pensar un poco en lo que me había pasado. Dándole vueltas, deduje que los gritos no estaban dirigidos a mí, sino a alguien que estaba detrás, y que en algún idioma algo puede sonar parecido a eso...
Hoy me he comprado unas botas azules.
Os mando esta ilustración evocadora del suceso.
y otra de unos osos en la Concha
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario